Afiches de Cine Ecuatoriano
a pesar de la agradable noticia de existe un libro de cartel cinematográfico ecuatoriano y que incluye tantos trabajos diseñados en el estudio Ánima, este proyecto me sorprendió por contener mucha información equivocada en los créditos de cada cartel e información acerca del estudio, así como la nula información acerca de Ánima en los textos del Ministro de Cultura o del autor del libro, que pudo haber sido incluida o corregida a tiempo si los editores nos hubieran pedido a nosotros, directamente la información para su libro.
A continuación los créditos del trabajo publicado:
-Ratas ratones rateros, 1999:
Diseño: Alberto Montt, Ana Galarza, Yor Moscoso y Pablo Iturralde. Foto: Lorena Cordero.
-Ratas ratones rateros, 2004:
Diseño: Pablo Iturralde. Foto: Isabel Dávalos
-Problemas personales 2002:
Diseño: Yor Moscoso
-Ecuador vs. El resto del mundo, 2004:
Diseño: Pablo Iturralde
-Crónicas 2008
Diseño: Pablo Iturralde
-Pescador, (oficial) 2011
Diseño: Pablo Iturralde. Foto: Ricardo Bohorquez.
-Pescador, (alterno) 2011
Diseño: Pablo Iturralde. Foto: Ricardo Bohorquez.
La Llamada, 2012
Diseño: Pablo Iturralde
-Ruta de la luna, 2013
Diseño: Pablo Iturralde
-Resonancia, 2013:
Diseño Pablo Iturralde
-Tintasangre, 2013
Diseño: Pablo Iturralde
-I Festival Internacional de Cine de Cuenca, 2002
Diseño: Yor Moscoso
-EDOC 8vo Festival Internacional Encuentros del Otro Cine 2009
Diseño: Pablo Iturralde / Yor Moscoso
Ecuador
La Cinemateca Nacional posee la mayoría de carteles y películas, y también promueve el cine y sus festivales. El póster más antiguo que tiene la Cinemateca es Cautiva de la selva (1969), de Leo Fledier, que fue filmada enteramente en Ecuador. El primer carterista registrado es Xavier (nombre o seudónimo), quien creó el arte gráfico de El grito sublime (1979). Más tarde, en 1982, Iván Petroff diseñó el afiche de Arcilla Indócil (Carlos Pérez Agusti).
Hacia fines de los ochenta, la industria cinematográfica ecuatoriana empezó a crear largometrajes de una manera más consistente, lo que permitió el auge actual del cine de ficción. El primer éxito comercial fue La Tigra de Camilo Luzuriaga. Juan Lorenzo Barragán, que trabajó estrechamente con el director, fue el encargado de crear el afiche de esta película. Como el director nos explicaba: “Siempre he fomentado el diálogo en todas las áreas entre el director y el diseñador, compartiendo mis ideas, el público objetivo, las probables fortalezas y debilidades de varias opciones. Consulto con mi equipo de colaboradores, desde el intelectual hasta el chofer. Nunca hice un estudio formal de marketing. Elegimos una o a lo más dos opciones… El diseño del cartel siempre incluyó el diseño del logotipo y a veces la foto promocional”. Jaime Paredes realizó el póster para la película Entre Marx y una mujer desnuda (1996), con la visión del director.
Otro cartelista de los noventa fue Alex Canelos, quien diseñó el póster para el filme Arutam (Igor Guayasamín, 1996). También había muchas agencias de publicidad que se encargaron de los carteles, incluyendo a Multimedios PG, que creó el afiche para Extra rojo (David Pazos, 1998).
En este siglo XXI, la industria cinematográfica ecuatoriana ha producido un sinnúmero de cintas de diferentes estilos y tramas. Con este crecimiento, varios artistas han presentado excelentes a fihes para la promoción del cine ecuatoriano dentro y fuera del país.Algunos ejemplos son Analú Garcés y Gonzalo Vargas quienes diseñaron el cartel para En busca del primer cineasta ecuatoriano… (Javier Izquierdo, 2003). El afiche para la película 1809-1810 Mientras llega el día (Camilo Luzuriaga, 2004) fue realizado por Diego Corrales. François Laso creó el póster para El comité (Mateo Herrera, 2006). Sebastián Malo hizo el cartel para Black Mama (Miguel Alvear y Patricio Andrade, 2009). La compañía CODIFI’K creó el afiche para Imagina (Andrea Sepúlveda y José Antonio Guayasamín, 2009). Diego Corrales hizo el afiche para Los canallas (Camilo Luzuriaga, 2009). Cristóbal Corral tomó la foto para el póster Jorge Enrique Adoum (Pocho Álvarez, 2010). Belén Mena dirigió el diseño gráfico de Labranza oculta (Gabriela Calvache, 2011).
Análisis del afiche cinematográfico
La principal función del afiche es la de promocionar las películas, de una manera fácil y económica, a los potenciales espectadores. En consecuencia, el afiche es un producto del diseño gráfico, las artes gráficas, la publicidad, el marketing y la misma película.
Desde el origen de los afiches, de forma inconsciente y constante se educa al espectador en el lenguaje de los carteles gráficos. El cartel no sólo presenta la información básica como el nombre de la película, el director, la compañía cinematográfica, especificaciones técnicas, el reparto y el eslogan; también hace resaltarlos premios en festivales de cine, lo cual da una necesaria validación y atención a la calidad del filme. Esto tiene una importancia especial para el cine ecuatoriano a causa del limitado número de espectadores. Un ejemplo en el que se resaltan los premios y las buenas críticas se muestra en el póster de Qué tan lejos (TaniaHermida, 2006).
Unos ejemplos de la semántica del lenguaje se encuentran en el uso de las imágenes en blanco y negro o fotos monocromáticas que aluden a un periodismo serio, similar a las imágenes de los periódicos, en documentales como El comité (Mateo Herrera, 2006) y Descartes (Fernando Mieles, 2009). En las comedias se utilizan afiches con imágenes caricaturescas para aludir a momentos cómicos, como por ejemplo en la película Dos para el camino (Jaime Cuesta, Alfonso Naranjo, 1981), donde actúa el comediante Ernesto Albán. A veces los dibujos animados atraen a las audiencias más jóvenes, como es elcaso de los afiches de Rina Blumensztejn para el plan cultural de los años ochenta. Otros carteles utilizan la técnica del collage que incluye a los personajes principales en la escena más representativa (por lo general el clímax), para así expresar la importancia de los personajes y el escenario. Algunos carteles ecuatorianos que usaron esta técnica de forma memorable fueron: Daquilema (Edgar Numa Cevallos, 1981), y quizá el más representativo podría ser La Tigra (Camilo Luzuriaga, 1990). Si el cine hace uso de las innovaciones técnicas, éstas a menudo se pregonan en sus afiches. Ejemplos incluyen Cautiva de la selva (Leo Fleider, 1969), donde en la esquina inferior izquierda está escrito: “A colores”. Otros carteles utilizaron un formato de portada de revista para enfatizar un tema,mientras en otros casos los afiches permanecieron minimalistas a fin de crear expectación o representar un simbolismo como en Ratas ratones y rateros (Sebastián Cordero 1999) con una trampa para ratones.
La simple utilización del alto contraste y colores sin brillo, unido a imágenes austeras, es a menudo un medio eficaz para transmitir un tema significativo. Ejemplos populares de este método son: Las alcabalas (Teodoro Gómez de la Torre, 1982), Luto Eterno (Édgar Numa Cevallos R.), De cuando la muerte nos visitó (Yanara Guayasamín 2002). Por lo general notamos más libertad creativa en los artistas que crean afiches para festivales, conferencias y otras promociones fílmicas. En estos tipos de carteles, el diseñador debe encontrar elementos comunes, objetos abstractos, collage y colores para atraer a los espectadores. Algunos de los artistas más reconocidos son: Rina Blumensztejn, J.L. Barragán, Catalina Ayala, Carla Torres, Carlos Zamora, Rafael Castro y Marco Chamorro.
El estudio del afiche cinematográfico es una nueva especialidad que necesita de la cooperación de otras áreas del conocimiento, así como de apoyos dentro de las áreas de estudio. Finalizo con las palabras de Alan Fern, quien resume brillantemente esta necesidad: “El cartel es un campo de estudio poco común. Se requiere no solamente tener en cuenta los movimientos artísticos de esa época, sino también considerar el desarrollo técnico del arte de la impresión, los periódicos o revistas disponibles —o recién creados— para la difusión de las nuevas obras, las corrientes políticas dentro de las cuales existen estas artes, y también las condiciones del público”. Por tanto, este catálogo pretende abrir las puertas para el estudio y análisis del cartel cinematográfico en Ecuador.
Este catálogo no está completo. Podría haber omisiones no intencionadas y tal vez errores, pues alguna información, a pesar de una investigación exhaustiva, no pudo ser verificada. Es deseo del autor que el lector ayude a mejorar y corregir este catálogo cuando sea necesario y colabore de esta manera con la Cinemateca Nacional.
El séptimo arte nos ha rodeado desde pequeños y nos sigue maravillando con su certera irrealidad, con esas imágenes que nos absorben hasta hacernos olvidar que estamos sen- tados en una butaca, frente a una pantalla bidi- mensional donde se proyecta cuadro a cuadro una cinta.Y ante a esa magia el cerebro o el co-razón resuelven meterse en la historia, identi – carse con los personajes, odiar, amar y temer en una oscura sala de cine.
Todos tenemos nuestro propio catálogo de las películas que nos fascinaron o decepciona- ron, las actrices amadas, los actores admirados, el diálogo que todavía recordamos, la escena que más nos impresionó, la banda sonora, los direc- tores preferidos, la fotografía, incluso los efectos especiales.
Pero también quedaron en la memoria esoscarteles que anunciaban, a la entrada de los viejos cines de Quito (Alhambra, América, Puerta del Sol, Capitol, Bolívar, México, etc.), los lmes mexicanos del Santo, Cantinflas, Pedro Infante, María Félix, Libertad Lamarque, Jorge Negrete, Dolores del Río. O las películas norteamericanas y europeas como El puente sobre el río Kwuai (con Willliam Holden), El Jorobado de Nuestra Señora de París (con Gina Lollobrigida y Anthony Quinn), Los cañones de Navarone (con Gregory Peck, David Niven e Irene Papas), Cleopatra (con Elizabeth Taylor y Richard Burton), El Agente Secreto OO7 (con Sean Connery y Ursula An-dress), El tulipán negro (con Alain Delon y Virna Lisi). Y también 2001: Odisea del espacio, La na- ranja mecánica y El resplandor de Kubrick; Vértigo, Psicosis, Los pájaros de Hitchcock; casi todo lo deFellini y Pasolini… sería tan larga la lista.
Antes del aparecimiento de las computadoras, aquellos a ches pegados a los muros oen las puertas de los teatros los hacían a mano
—sobre papel, tela o cartulina— varios artistas anónimos del país. Supongo que algunos de es- tos carteles siguieron el modelo marcado por el bookpress de las productoras cinematográ -cas, pero también pienso que la creatividad denuestros cartelistas dio paso a nuevas obras para atraer a los espectadores, pues si bien el afiche forma parte de la publicidad, también forma parte del arte.
Y es el arte del cartel (los colores, la composición, la tipografía, el mensaje, los símbolos) el que nos transmite instantáneamente la esencia de la película, su trasluz inolvidable. Lo raro o inexplicable, aún en la actualidad, es el ano-nimato de gran cantidad de autores de a chesfílmicos. Es esta carencia la que resuelve ahora Michael Dillon con el apoyo de la Cinemateca Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, aunque sea casi imposible averiguar los nombres de todos los cartelistas ecuatorianos.
Cómo olvidar las películas y los afiches de Fuera de aquí, de Jorge Sanjinés; La Tigra (Juan Lorenzo Barragán), Entre Marx y una mujer desnuda(Jaime Paredes) y 1809-1810 Mientras llega el día (Diego Corrales), de Camilo Luzuriaga; Ratas, ratones y rateros, de Sebastián Cordero; Qué tan lejos, de Tania Hermida, y Labranza oculta (Belén Mena), de Gabriela Calvache, para mencionar solamente a unos pocos directores y cartelistas.
No hay duda de que Afiches de cine ecuatoriano es un libro y una investigación que rescata esta memoria creativa e histórica para entregarla, de nuevo, al público ecuatoriano, y pararecordarnos que los cartelistas han realizado un arduo y bello trabajo junto a los mejores directores de cine del país.
Raúl Pérez Torres
Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana