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Tricolor en llamas

Tricolor en llamas

Tricolor en llamas. De cómo reinventar los Símbolos Patrios

Fue un evento cultural producido en 2008 en el Centro Cultural En Aguijón en Quito. Un conversatorio entre varios académicos en torno a la importancia y la vigencia de los símbolos patrios. Entre los invitados estuvieron X Andrade, Alexandra Kennedy, Valeria Coronel, Hernan Reyes, entre otros.

El tono de la comunicación pretendió ser un tanto transgresor y obtener la atención de varios sectores culturales. Parte del texto decía algo como «…y al calor de los nuevos himnos quemaremos una que otra sagrada bandera». Esto atrajo también a quienes se oponen a las banderas. Movimientos anarquistas y punk un poco más radicales que de verdad querían quemar las banderas. Nos informaron que si lo hacíamos, la policía intervendría porque es un delito quemar la bandera.

Con la instalación multimedia «Tricolor en llamas», el colectivo  Comunidad Retrovisor propone una reflexión sobre los llamados  símbolos patrios, sobre sus limitaciones expresivas para redefinir un país que desesperadamente busca salir no solo de la larga y triste noche neoliberal, sino también del sombrío y absurdo invierno de la era republicana.  Uno de los objetivos del colectivo es el de enriquecer el debate político desde desde la comunicación visual y la creación artística.  Una parte del colectivo —la del diseño gráfico— propone una nueva bandera y un nuevo logotipo nacional, unos símbolos que lejos de ser sagrados puedan identificar a un país diverso, sin acomplejamientos y odios.  Otra parte del colectivo —el de la música y el audiovisual— busca improvisar una armonía y melodía para un nuevo himno nacional, uno que no pretenda ser lo mejorcito luego de la Marsellesa, ni una folclorada de tonos marciales.  Y quién sabe, al calor de las performances se encienda una que otra sagrada bandera. 

-Periódico Ocho y Medio Enero 2008

Con estudios en el Instituto Latinoamericano de diseño de Quito y en el Instituto de Creación Artística y de investigación infográfica de Montreal, Iturralde dirige el Estudio Ánima en su país donde privilegió el pedido público con la recuperación visual de la arquitectura, gracias a la señalización en el Centro Histórico de la ciudad, la creación de su identidad visual y la de su Aeropuerto Internacional. Pero lo más significativo en su orientación es la organización del proyecto Tricolor en llamas, de cómo reinventar los símbolos patrios, primer debate público a nivel nacional sobre la vigencia de los símbolos patrios, un proyecto que fue presentado en la Asamblea Nacional Constituyente y que fue propagado en toda la sociedad ecuatoriana.

El cartel concebido por Pablo Iturralde con la imagen de una bandera ecuatoriana en llamas, blandida por un hombre de negro como en una manifestación, impacta por su radicalismo y su poder de trasgresión en vista a suscitar el debate.

 

Es emblemático el aporte de Pablo a la identidad visual del país y de su ciudad capital, acrecentado por la creación de más de trescientos logotipos y elementos de señalización, complementado por libros, películas y un trabajo enorme de reflexión sobre la historia del Ecuador, los proyectos culturales y la conservación del patrimonio visual, ya sea con la Revista Retrovisor que él anima, o como presidente de la Bienal de diseño y comunicación visual Chakana. Se trata de un grafismo ambicioso, claramente político, que enfoca el cuestionamiento de las representaciones colectivas de la historia y de las ideologías que vehiculan, en una palabra las imágenes del poder y de la organización política de la sociedas en el momento cuando se cuestiona a si misma con la reforma de su Constitución. Es un magnífico ejemplo de un debate público lanzado desde el arte gráfico en todo un país, y la prueba de que la producción gráfica puedeser actora de la evolución de la sociedad y vehículo de una responsabilidad colectiva de largo alcance.

 

Pablo Iturralde describe así el nacimiento y los contornos del proyecto:

“El proyecto Tricolor en llamas aparece para debatir y revisar la conección que existe hoy entre la sociedad ecuatoriana y sus símbolos patrios, el discurso que estos generan y la utilidad que pueden aportar a la sociedad ecuatoriana actual.

Inicialmente se realizó un debate en el quese incluyó la visión de varios pensadores, grafistas, comunicadores, artistas y antropólogos, obteniendo varias conclusiones, entre las principales se destaca la idea que los símbolos patrios no son una verdadera representación del Ecuador en su contexto actual, que la diversidad humana y social no está expresada o incluida en los símbolos patrios y que no aporta valores reales a los desafíos que la sociedad enfrenta hoy.

El Escudo Nacional no incluye elementos de todos los pueblos y nacionalidades, la bandera (compartida con Colombia y Venezuela desde la Gran Colombia) es objeto del debate de su origen -entre historias gloriosas de héroes en batallas y un romance entre un libertador y una emperatriz rusa- y el himno nacional contiene estrofas que aún denotan la ira contra España en el proceso de independencia.

El material obtenido en este debate se registró y sirvió para preparar las bases para que el Ecuador pueda en el futuro replantearse una simbología institucional acorde con su realidad y sus necesidades.”

Se trata entonces de un proyecto de largo alcance que permitiría dibujar la imagen institucional del Ecuador para que sea adoptada por las instituciones, las empresas públicas, los documentos y servicios oficiales, la moneda y cualquier otro erspacio.

 

FIESTA GRÁFICA. Michel Bouvet et ses amis d’Amerique Latine.
Editions du Limonaire, París 2019

Pablo Iturralde llegó a plantear el debate en la Asamblea de Montecristi y de esa polémica se derivaron ingeniosos escudos del Ecuador, incluyendo uno con un simpático cuy con sombrero de paja toquilla, como protagonista. El debate en el que se acusaba al Gobierno de Correa de querer cambiar el escudo nacional quedó en anécdota, pero Iturralde se tomó en serio la propuesta: tiene registrados los distintos escudos que propuso la gente, en broma y en serio, y tiene trabajos hechos con sus estudiantes con tres elementos que considera fundamentales en la identidad ecuatoriana: la equinoccialidad, la fertilidad y la diversidad. Todavía cree que es posible cambiar los símbolos patrios, aunque el tema suene a sacrilegio en este curuchupa país en el que la estética de la Virgen de El Panecillo y el escudo nacional son temas que se rehúyen. Pone de ejemplo la bandera de Canadá, en la que basta la hoja roja de maple para distinguir al país.

Tomado del artículo Pablo Iturralde, al filo del arte. Escrito por Milagros Aguirre.
Revista Mundo Diners. Quito 2019